
Traducción de «Freedom from Fear» de Mark McDonald MD.
- Las emociones son como olas que se mueven por nosotros. Puede que nos muevan brevemente, dependiendo de su fuerza, pero nunca deben dictar donde ser dirigen nuestros movimientos. Tomar decisiones solamente en base a nuestras emociones es una mala práctica universal.
- Aplazar la gratificación implica no atender a sentimientos momentáneos y honrar decisiones que hicimos basadas en una construcción cuidadosa de valores y principios.
- Si la mayoría de tus decisiones vienen de como te sientes en cada momento entonces puedes asegurarte una vida de sufrimiento y miseria.
- Ir más allá de tus emociones cuando decides tus acciones es algo fundamental para realizar
buenas decisiones. Un enfado desenfrenado puede llevar a la violencia. La lujuria descontrolada puede llevar a la infidelidad sexual. El miedo, cuando se le da manga ancha y la capacidad de decisión en tu día a día, inevitablemente produce evitación y parálisis. El miedo debe ser siempre reconocido pero nunca debe dar las órdenes. - La emoción que conocemos como miedo es muy poderosa. Es más poderosa que el amor o el odio. Es por eso que puede ejercer una influencia tan fuerte en el comportamiento.
Tradicionalmente los padres enseñaron a sus hijos a no ceder a su miedo. No negaron su existencia, pero dejaron claro que el miedo nunca es una razón para elegir no hacer algo. De hecho, los padres recompensaban a sus hijos por actuar a pesar de su miedo – esta es la
definición de valentía. Sin ella nadie puede alcanzar su potencial. - Rara vez veo a los padres animar la creación de esta virtud. “Si no te sientes cómodo, no tienes que hacerlo”, es la tendencia actual. Elevar el estado emocional subjetivo de uno mismo por
encima de la acción virtuosa ha permitido que la adicción al miedo se expanda. - La única manera de tener éxito a la hora de no aceptar el miedo a la autoridad para dictar tus acciones es desarrollando tolerancia a las sentimientos de incomodidad. Esta capacidad es llamada resiliencia emocional.
- Frecuentemente escucho esto de personas de todas las edades: “Me siento ofendido”, “me siento inseguro”, “me siento amenazado”. ¿Mí reacción? Crece, hazte maduro. Nadie puede
“hacer” que sientas nada. No puedes sentirte ofendido sin haber elegido hacerlo. Sentirte inseguro o amenazado son experiencias sin sin significado cuando está ausente una amenaza
objetiva. Son ciertamente irrelevantes para determinar como los demás se deben comportar. Tu responsabilidad es desarrollar un músculo emocional para manejar estos sentimientos sin
escapar de la vida o utilizarlas como armas hacia otros. Trata tu miedo de la misma manera. No lo suprimas pero no le permitas decidir lo que dices o haces. Es solamente información y puede
que ni siquiera sea precisa. - Esto puede suponer un chock para algunos pero nosotros no estamos destinados a sentirnos bien todo el rato. Añadido a que los sentimientos nos aportan información, también nos motivan a actuar si los aprovechamos correctamente. El dolor que sentimos cuando perdemos a alguien que amamos, por ejemplo, debe alentarnos a reflexionar sobre la pérdida. Dirige nuestra atención del exterior y la coloca en nuestro interior de forma a que nosotros podamos sentir el
verdadero significado de la pérdida. No es agradable ni cómodo, pero es necesario. - La evitación del dolor puede que nos proteja de la incomodidad emocional temporalmente, pero bloquea nuestra habilidad para apreciar lo que hemos perdido. Secuestra nuestro crecimiento.
En el otro extremo, un estado prolongado de dolor lleva a la depresión, que es una enfermedad
emocional. - A pocos de nosotros las emociones positivas nos suponen una lucha o una complicación. Disfrute, placer, triunfo, amor. No nos cuestan nada, a corto plazo por lo menos. Pero no pueden existir ante la ausencia de sus opuestos. ¿Como podríamos saber, mucho menos
reconocer, la alegría si no conoceos la tristeza? La adicción es una estafa porque se localiza solamente en los comportamientos que producen un sentimiento de placer inmediato o a corto plazo, o una excitación sin la posibilidad de ninguna experiencia desagradable. Esto es, claramente, imposible de alcanzar. La adicción anda vendiendo el nirvana aquí en la Tierra. La adicción al miedo promete la seguridad absoluta – inmortalidad – con un coste no desvelado de una vida plena. - ¿Cómo podemos tomar lo malo con lo buena? ¿Cómo podemos tolerar lo desconocido sin vender nuestras almas al miedo a través de una falsa ganga de intercambiar la libertad por la
seguridad? Lo hacemos construyendo resiliencia – músculo emocional. Tal como el ejercicio regular es crítico para conseguir y mantener la fuerza física, y tal como la exposición al ambiente es crítico para conseguir y mantener un sistema inmune resiliente, colocarnos en situaciones emocionalmente “de riesgo” es necesario para superar el miedo. - Si todavía estás racionalizando tu fracaso para realizar acciones que consideras necesarias para vivir sin miedo, diciéndote que no estás listo, para inmediatamente. Te has convertido en tu peor enemigo. Como te sientes es irrelevante. Todo lo que importa es lo que haces. Empieza con pequeños pasos. Quítate la mascarilla la próxima vez que entres en un edificio. Nota la ansiedad que surge pero también reconoce que cuando sales que estás bien. Has sobrevivido – indemne. La próxima vez que saludes a alguien extiende tu mano.
- Si, tal vez pueda dar miedo. Pero te sentirás más confiado y más hábil por haberlo hecho. En vez de realizar tu próxima compra por Amazon, ve a la tienda y compra lo que necesitas en persona. Saluda a los trabajadores. Habla con quien te hace la cuenta. Una vez que retomes el contacto con el ambiente humano, no importa cuanto de incómodo te haga sentir, se hará más fácil la siguiente vez. Es más fácil crear excusas para escondernos del mundo y deambular en el miedo constantemente, pero es gratificante y liberador volver a establecer vínculos. Te traerá una sensación de conexión, sentido y propósito. No querrás volver a la vida de miedo en la que vivías antes.
http://www.dissidentmd.com (libros, redes sociales)
http://www.informeddissentmedia.com (podcast)
Mark McDonald, M.D.Adult, Child, and Adolescent Psychiatry11500 W Olympic Blvd Suite 426Los Angeles, CA
90064310-954-9565 phone
310-359-0467 fax