Paso 4: Rechaza el narcisismo: A la sociedad no le importa tu miedo.

Traducción de «Freedom from Fear» de Mark McDonald M.D.

La adicción evoluciona con el narcisismo. Aquellos que tienen adicción al miedo creen que su
miedo puede dictar como los demás deben vivir. Su miedo es completamente irrelevante para la
sociedad. Es un miedo que le toca a cada uno manejar no uno que se inflija a los demás.

SITUACIÓN CON PACIENTE – MASCARILLA – Cuando le dije que su adoración por la mascarilla y la protección que le confería no debería verse afectada por ninguna elección que Mark hiciese, el paciente sufrió un ataque narcisismo. Desde su punto de vista yo le había hecho daño por mostrar una visión diferente a través de mi comportamiento. Esta es una postura infantil, primitiva, no evolucionada que los adultos históricamente han rechazado
aceptar más allá de la edad de parvulario. El narcisismo, en vez de esto, ha pasado a ser una virtud para muchas personas del medio urbano. No lo es. En adultos, puede dar lugar a trastornos de personalidad.
La gratificación del narcisismo del infante es una necesidad psicológica al comienzo de su vida, una vez que no puede alcanzar sus metas. La preocupación maternal lo protege de una realidad devastadora – de que es inútil – hasta que desarrolla una fuerza psicológica para aceptar sus limitaciones. En ese momento la madre y el bebé pueden empezar a separarse y ambos pueden ir a resolver sus necesidades cada uno a su manera. En algún momento el bebé aprende que existen otros adultos en la vida de su madre y que él es solamente uno de los que órbita alrededor de ella. Él no es el centro del universo, y ella no está solamente para él. Esto es como se da el desarrollo humano normal.
En la sociedad actual el narcisismo enfermizo es lo que guía la normalización de pronombre
personales únicos, transgénero y la identidad racial. Esto está todo basado en una mentira: Como tu te ves y te expresas físicamente, sexualmente y gramaticalmente no le importa a
nadie. Es decir, esto son desafíos privados que no atañen al público en general. Pretender que lo hace es solamente un despliegue narcisista que recuerda la visión del mundo del infante, una que eleva la importancia de algo individual por encima de todos y requiere que este delirio sea compartido y reconocido por toda la sociedad.
Veo padres que hoy en día cocinan comidas diferentes para cada uno de sus hijos, de modo que las preferencias de cada uno puedan ser atendidas. ¿Qué mensaje se está dando a los infantes? Les está diciendo que sus experiencias subjetivas, sentimientos y deseos son la cosa más importante en el mundo y que merecen ser atendidas. Esto no da lugar a adultos resilientes y fuertes. Da lugar a debilidad, egoísmo y fragilidad emocional. Crea a adultos que consideran que su miedo debe ser respetado y que sentirse seguro es algo por lo que luchar, incluso digno de admiración. Donde está llevando todo esto: A que personas de todas las
edades están sobre una impresión falsa de que su miedo tiene significado para los demás y que debe ser algo que debe ser atendido.
El adicto al miedo vive en una fantasía narcisista de que su miedo debe ser tenido en cuenta y que otros deben dejar su camino libre para hacerlo sentirse confortable; el concepto de
libertad desaparece por medio de su experiencia subjetiva de miedo. Esto no es sano, es destructivo y en última instancia insostenible tanto para el individuo como para la sociedad.
HAY PASOS QUE PUEDES TOMAR EN ESTE SENTIDO: primero tienes que repudiar el miedo como virtud. No es así. Los sentimientos no son virtudes. No puedes decidir lo que sientes pero puedes decidir que valores honrar. Segundo dirigiendo tu foco de atención hacia el exterior, pensando en como responder a las necesidades de los demás en vez de a las tuyas, te hará aumentar tu experiencia de gratitud, un prerrequisito de la felicidad. La felicidad no existe en alguien ingrato. La gratitud y el narcisismo son esencialmente y mutuamente incompatibles. Tercero, si sigues actuando de acuerdo a tus valores, llegarás a la comprensión de que tu verdadero poder está en actuar de la manera que sabes que debes sin importar tu estado emocional actual. Habrás alcanzado el reino y domesticado el caballo, en vez de dejar que el caballo te lleve donde quiera.
Esto es lo que nuestros antepasados llamaban virtud…que significa en la filosofía no sucumbir a tus impulsos naturales a través de la maestría de guiarlos a los fines humanos adecuados.
Mi trabajo con adictos a las drogas ha sido siempre desafiante por una variedad de razones. Una es que nunca son honestos. Uno tiene que mentirse a si mismo continuamente para mantener una adicción, y eso lleva a mentir a los demás. Mentir es un mecanismo para evitar la realidad. Otro desafío con adictos es que son narcisistas. Creen que sus problemas son más importantes que los de los demás y usan esa creencia falsa para racionalizar el daño que se causan a ellos y a los demás. Esto no es diferente en aquellos que están adictos al miedo. Ellos justifican su comportamiento guiado por el miedo elevando su experiencia por encima de los extraños, amigos y familia. Cuando son desafiados ellos dicen algo sobre “su verdad”, como si eso terminase el argumento. Después atacan la virtud de quien sea que los responsabilizan de su
comportamiento guiado por el miedo; su estado mental es “tu eres egoísta – tu no te preocupas de las otras personas porque no aceptas hacerte cobarde conmigo”. Los adictos al miedo
frecuentemente señalan la virtud o invocan la autoridad del colectivo como una forma de distraer la atención de sus propios aspectos inadecuados como adultos no completamente desarrollados.
Para ir más allá del narcisismo, tienes que desarrollar un sentido de tu vida. Nadie lo puede hacer por ti. El desarrollo del sentido tiene que seguir el desarrollo de los valores. Sin un
conjunto de valores claros perseguirás un camino fallido (o varios caminos fallidos) guiado por las emociones o forzado por las circunstancias.
Perseguir una vida de propósito y significado, guiado por valores meditados, es el antídoto a la
preocupación narcisista.