El valor del proceso

Después de muchos movimientos, encuentros y desencuentros, realicé una ponencia sobre el abordaje de las emociones desde el mindfulness, para profesores en el colegio publico infantil San Ildefonso de Camponaraya.

Fue un gusto aportar y aprender también de las necesidades reales que atraviesan los profesores, cuyo interés fue fácil de percibir aun realizando el taller a la hora siempre complicada de la comida. Las 10 horas de la ponencia fue poco tiempo para poder explorar de forma teórica y práctica es tema. Pero nos adentramos en el viaje y fue fructífero para todos y todas.

san-ildefonso

La intención básica fue la de proporcionar materiales concretos para la introducción de  las prácticas de mindfulness dentro de la rutina diaria de clase, sabiendo que la continuidad de esta práctica a lo largo del tiempo, favorece el desarrollo de competencias y de relaciones más sanas dentro de clase. Y cuando uno tiene un contacto más consciente con las sensaciones físicas del cuerpo y las señales del cuerpo que acompañan la emoción, es posible crear dinámicas para que los alumnos/as compartan sus experiencias en un ambiente tranquilo y de respeto mutuo, que  aprendan y colaboren juntos.

Pero la reflexión de este texto está fundamentada en la observación de como es difícil observar los procesos que atraviesan alumnos, profesores y la clase en general y mucho más fácil atender a los resultados, buscar resultados, aprender herramientas para alcanzar resultados.  No es fácil para un profesor dar respuesta a todas sus responsabilidades y además a los eternos papeleos que quitan tiempo de, por ejemplo, pasar un rato tranquilo con un compañero o con un alumno. Pero más allá de la escuela y de este taller en particular, esta «ceguera al proceso» es algo que observamos muchos de los entregados a este trabajo de ayuda, desde la terapia o desde la educación.

Y es que existe una realidad – nuestra vida es un proceso, no un resultado.

No podemos aislar nuestra situación actual de las vivencias pasadas, de los aprendizajes pasados. Esto es algo concreto y aceptado por la comunidad científica pero también creo que por la larga mayoría de las personas. Pero abruma la forma como nos olvidamos de esto. Como nos olvidamos del proceso de vida que ha hecho que seamos como somos, como las diferentes influencias del ambiente donde vivimos, sobretodo lo que estuvo disponible y lo que no, moldearon y, de alguna manera, marcaron nuestra trayectoria.

Creo que este olvido o incluso «ceguera de proceso» nos acerca mucho más al juicio y separación y muy poco a la comprensión y acercamiento. De uno mismo. Del otro. Del profesor. Del alumno. Del padre. De la madre. Del vecino.

Si se dá tanta importancia a los Planes de Convivencia en el colegio, creo que es esencial enmarcar estos en un proceso de crecimiento del colegio como entidad. Si la integración de prácticas que ayuden a los alumnos y profesores a conectar y ser conscientes de sus emociones, está basadas en la inmediatez de los resultados, la ansiedad de resultados, entonces sin duda, así se creará el primer obstáculo para conseguir realizar un acompañamiento cercano, atento y cuidadoso de las necesidades reales del alumno/a en concreto o de la clase en concreto, o de un profesor en concreto. Creo que este afán de resultados, algo que pertenece a la sociedad patriarcal (si no produces no vales) es ya un dogma, que, como su definición dice, es «un punto esencial o un sistema de pensamiento que se tiene por cierto y que no puede ponerse en duda dentro de su sistema.» De esta forma, es fácil encontrar desasosiego cuando se habla de procesos humanos y de desarrollo que se dan dentro de clase o de la familia, sobretodo cuando el profesor o cuidador no ha podido verse reflejado en el comportamiento del niño de forma a poder empatizar…y así abrir la posibilidad de encuentro verdadero y profundo.

Esto es aun más claro cuando los mayores referentes mundiales sobre el estudio del desarrollo infantil, trauma, apego/vínculo, neurobiología, etc., hablan de las dificultades que tienen para transmitir y pasar sus descubrimientos a la práctica, a las instituciones, a los profesionales de ayuda, a la vida cotidiana, exactamente por una resistencia férrea a aceptar una idea comprobada dentro del sistema de pensamiento. Sin duda creo que esto ocurre porque aceptar esa idea implica reformular todo, o gran parte del sistema de pensamiento existente.

Lo rico de hacer este trabajo es ver que  cuando se crea un diálogo en base a esta visión más amplia, más comprensiva, menos ansiosa, y, en realidad más meditativa de la vida y del proceso humano por el que pasamos todos, da la sensación de que existe un momento en el que todos sabemos de lo que estamos hablando, todos y todas nos conectamos sintiendo, a mi entender, que existe un camino muy enriquecedor por hacer desde esta visión del proceso.

La buena notícia es que algunos colegios se están abriendo a este aspecto de mayor comprensión del desarrollo infantil, creando otros modelos educativos o integrando actividades dentro de la rutina del colegio que promuevan un acercamiento entre todas las personas que lo componen. Y es aquí donde las prácticas de mindfulness están aportando mucha riqueza a las dinámicas escolares, familiares y profesionales, rebajando el estrés de las clases y de los profesores, creando relaciones más sanas y de cuidado entre alumnos y rebajando el número de conflictos que ocurren en el colegio.

En febrero me toca realizar otra ponencia en otro colegio. Con ganas de poner temas encima de la mesa y crear conocimiento con los participantes.

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3 comentarios en “El valor del proceso

  1. Felicidades Alberto Bidarra!
    Me ha encantado tu reflexión, honda y llena de un mensaje delicado, sanador y cuidadoso.
    Somos personas en un proceso constante del ahora inmenso. Todo es posible si dilatamos la experiencia de presente de un modo consciente. Por difícil que parezca, todo es posible con paciencia y voluntad.
    Que el brillo de lo posible mejor nos acompañe!
    Gracias por tus palabras!

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  2. Que buen artículo y que gran experiencia. Te deseo mucha suerte con el proyecto y que salgan muchos colegios más, ya que este tipo ponencias son muy necesarias. Un abrazo Alberto.

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  3. Alberto, gracias por tu hermoso y constante trabajo. Inspiradoras palabras que nos acercan a la Vida-Proceso y nos liberan de la Muerte-resultado. Un beso enorme con ganitas de verte!!!!

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