Ayer disfruté de la charla que hoy comparto. Hace años que sigo con admiración el trabajo de Vincent Moon, desde «La Blogothèque – Concert à emporter» a los «Take Away Shows» o los «Petites Planètes«.
Admiración porqué? Por esta tendencia mía de embarrarme de gente que con toda su ilusión avanza por la vida cuestionándose y reinventándose para dar a luz un bagaje y una visión del mundo tan coherente y al mismo tiempo tan compleja. Sin duda no soy el único y eso se ve por el éxito que llevan teniendo sus proyectos a lo largo e más de 10 años.
Moon, con su cámara crea vídeos de grupos de música de todo el mundo conocidos o por conocer, con una delicadeza que, como él dice, «hace entrar al espectador en la energía de ese momento». Su trabajo más reciente viene a investigar los rituales de diferentes partes del mundo, permitiendo acercarnos a diferentes rituales espirituales que seres humanos entregados, unidos por sus vidas compartidas, los ritmos, los cantos, las melodías y la sabiduría ancestral, se acercan a las cuestiones más humanas y vitales.
Creo que lo que más me encanta de lo que aporta Vincent Moon, es la belleza que se crea al ver que en este mismo planeta convivimos con tantas formas de ver el mundo, la vida y la forma de vivirla, los gestos o las intimidades de nuestros actos. La coherencia y la complejidad de los momentos que ahora mismo están ocurriendo.