Hoy escuchaba en la radio tres comentaristas hablando de temas actuales de la sociedad. Cada uno con una postura, con una idea e incluso teoría que mostrar y argumentar. Poco después desconecté la radio, pero sus voces seguían en mi cabeza. ¿que fue lo que pasó que me hizo de un momento a otro apagar la radio? me preguntaba.
Y me di cuenta de que era su forma de argumentar pero con un afán tal que no se permitían escuchar las demás personas. Sobretodo lo que me hizo apagar la radio fueron las contradicciones que escuchaba en el discurso de cada uno atacando al otro.
Me imaginaba en mi mente idealista que pasaría si esas tres personas que estaban en una posición de aportar algo de su experiencia, de compartir en un tiempo de antena…que pasaría si se diesen un momento solamente para escuchar sus contradicciones, un momento para escuchar la de los demás y, en vez de inflarse en una postura cada vez más rígida, resolviesen sus contradicciones.
En un momento me daba cuenta de como estas, en un espacio terapéutico, son herramientas para poder descubrir más de uno mismo. Cuando hay contradicciones y sobretodo cuando no existe escucha entre dos partes se cae directo a la individualidad y a su consecuente soledad.
La terapia Gestalt tiene varias técnicas y una de ellas es sin duda la de la silla vacía. A través de esta se da a la persona la posibilidad de vivenciarse desde cada una de las posturas. Tanto si estas partes de uno mismo se pelean, se ignoran, se maltratan o por el contrario se escuchan, escuchan lo que tiene que decir y pedir la otra, la persona que lo experimenta puede alcanzar una gran claridad de lo que está haciendo con ella misma.
Se puede decir que la silla vacía es un reflejo de lo que internamente la persona está viviendo, y numerosas veces sufriendo por no tener o siquiera contemplar el encuentro de estas diferentes partes que hacen parte de todos. Y un indicador claro del desencuentro entre estas partes es la rigidez que se observa en el discurso de la persona. No creo que uno sea rígido porque quiera sino porque la vida le trajo esa como la única forma de relacionarse con el mundo. Pero existe dolor detrás de esto. Y este dolor, hasta que sea vivido y comprendido, no se podrá sanar.
Y este es un trabajo que solamente se puede realizar en compañía, sea la de un grupo de autoconocimiento o de crecimiento personal o a través de un terapeuta. Es a través del otro, como dicen tantos autores, que uno se ve a si mismo. Es el otro el que permite que me vea un poco más.
Que bueno sería si la radio y la televisión nos ayudasen a vernos un poco más. Que bueno sería para nosotros que el discurso de aquellos tres comunicantes fuese un discurso para que los tres pudiesen crecer. Creceríamos también.
Como dice David Bohm “una postura es la de considerar que la sociedad es un conjunto de personas conectadas por el intercambio de información. Sin esto la sociedad colapsaría.” Cuando le preguntan si puede extender esta visión dice “que podemos tener cada miembro de la sociedad hablando de lo que le parece o podemos tener gente que se mueve junta como una unidad común. Y esta unidad común no puede ser impuesta sino que debe ser creada a través del intercambio y el diálogo. “creo que nos estamos moviendo en esa dirección aunque no hayamos ido muy lejos por el hecho de que todo está basado en que el marco son las divisiones, todo está dividido en diferentes partes, diferentes visiones, diferentes grupos, diferentes naciones, diferentes países, y cada uno se mueve pensando que es independiente del otro, cuando no lo son. La gente tendría que desprenderse de todo eso y parece que es demasiado difícil.” Y la entrevista sigue en la que Bohm afirma que “solamente el diálogo permite realmente que las personas puedan acceder a la totalidad de la información que tienen los demás sin que necesariamente estén de acuerdo con esa información. Pero es a partir del diálogo que podemos mantener la coherencia de nuestra existencia y todos beneficiar de ello. Este es un desafío que creo que nunca antes había surgido.” Y en otro momento de la entrevista dice que “El tema central es la capacidad de una persona escuchar seriamente a la otra sin resistencia ni oposición… hay un tipo de comunicación que puede tener lugar en la que el todo no es negado, quiero decir, yo no estoy intentando decirte lo que pienso ni tu intentas decirme lo que piensas sino que juntos vamos a descubrir como pensar en conjunto.
Esto lo permite la silla vacía, un verdadero encuentro en el que uno no es solo una parte sino las dos. Y cuando uno se da cuenta de que está en guerra con uno mismo algo cambia.
Aquí está la entrevista de David Bohm. Se puede acceder a los subtítulos en español.